Las persianas autoblocantes, fabricada normalmente en aluminio, se componen de dos tipos de lama. La particularidad de esta persiana es que se autobloquea cuando alguien intenta forzarla desde el exterior, impidiendo que ésta se pueda subir por mucha fuerza que se aplique. De hecho, se produce un efecto acordeón que hace que cada una de las lamas se bloqueen entre sí.